La sal utilizada correctamente es un arte en sí misma. En primer lugar, la sal tiene un mayor impacto en el sabor que cualquier otro ingrediente. Según el chef Samin Norsrat y autor del libro: Sal Grasa Ácido Calor.
La mayoría de nosotros somos un poco tímidos con el uso de la sal. Nos han inculcado historias de que su uso es perjudicial para la salud. Si bien comer fuera de casa presenta estos riesgos, el uso de sal en la cocina casera tiende a ser más conservador.
Hoy en día, hay muchos tipos diferentes de sal entre los que elegir. La sal de mesa común o sal granulada se encuentra en todos los saleros. La sal de mesa a menudo contiene un agente antiaglomerante para evitar la formación de coágulos, o dextrosa, un tipo de azúcar, para estabilizar el yodo. Aunque ninguno de estos aditivos es perjudicial, no hay razón para añadirlos a la comida.
La sal yodada, por regla general, puede hacer que todo tenga un sabor metálico. También existe la sal kosher, que se utiliza tradicionalmente para la kosherización, el proceso tradicional judío mediante el cual se elimina la sangre de la carne. La sal kosher no contiene aditivos y su sabor es muy puro. La elección del chef Nostat es Sal de cristal de diamanteEsto se debe a que se adhiere fácilmente a los alimentos y se desmorona con facilidad.
Sal de Morton Es una sal mucho más densa y casi el doble de salada por volumen. Por lo tanto, cuando la uses, asegúrate de tener en cuenta la marca específica que compras.
La sal marina es una sal que queda después de que el agua se evapora. Puede ser bastante cara, pero tiene una textura deliciosa, así que intenta usarla de una manera que destaque.
Pensamos que compartiríamos algunos datos sobre la sal:
- Una menor cantidad de sal aplicada durante la cocción a menudo hará más para mejorar el sabor que una cantidad mayor agregada en la mesa.
- La sal mejora el dulzor y reduce el amargor en alimentos que son tanto amargos como dulces, como el chocolate agridulce, el helado de café o los caramelos quemados.
Según el autor Nosrat, normalmente recurrimos al azúcar para equilibrar los sabores de la salsa de la sopa, pero resulta que la sal enmascara el amargor de forma mucho más eficaz que el azúcar. Compruébelo usted mismo con cosas como el zumo de pomelo, que es a la vez amargo y dulce. Pruebe una cucharada, añada una pizca de sal y vuelva a probar. Se sorprenderá de lo mucho que se atenúa el amargor.