Salsa holandesa clásica
La salsa holandesa es una salsa rica, cremosa y mantecosa con un toque de limón, perfecta para rociar sobre huevos, verduras o pescado. Esta salsa francesa clásica es un componente clave de platos como los huevos benedictinos y combina muy bien con espárragos y salmón.
Ingredientes
- 3 yemas de huevo grandes
- 1/2 taza de mantequilla sin sal, derretida y tibia
- 1 cucharada de jugo de limón fresco
- 1/2 cucharadita de mostaza Dijon (opcional)
- 1/4 cucharadita de pimienta de cayena (opcional)
- Sal, al gusto
Instrucciones
Preparando la salsa
- Derretir la mantequilla: En una cacerola pequeña, derrita la mantequilla a fuego lento. Mantenlo caliente pero no hirviendo.
- Bate las yemas de huevo: En un recipiente resistente al calor, bate las yemas de huevo hasta que se vuelvan espesas y de color pálido.
- Cree un baño maría: Coloque el recipiente sobre una cacerola con agua hirviendo (asegúrese de que el recipiente no toque el agua). Continúe batiendo las yemas constantemente.
- Agregue la mantequilla lentamente: Muy lentamente, comience a rociar la mantequilla derretida tibia mientras bate continuamente. Comience con unas gotas a la vez, asegurándose de que la salsa se emulsione y espese antes de agregar más mantequilla.
- Incorpore el jugo de limón y los condimentos: Una vez que toda la mantequilla esté incorporada y la salsa esté suave y espesa, agregue el jugo de limón, la mostaza de Dijon (si la usa) y la pimienta de cayena (si la usa). Añade sal al gusto.
- Terminar y servir: Retire la salsa del fuego y sirva inmediatamente. Si la salsa se espesa demasiado, agregue una cucharadita o dos de agua tibia para alcanzar la consistencia deseada.
Consejos
- Control de temperatura: Mantenga el fuego bajo para evitar que los huevos se cuajen. Si la salsa se calienta demasiado, retírala del fuego inmediatamente y agrega un poco de agua fría para enfriarla.
- Consistencia: Para obtener una salsa más líquida, agregue un poco más de jugo de limón o agua tibia.
- Servicio: La salsa holandesa se sirve mejor fresca, ya que no se recalienta bien.
Conclusión
Esta salsa holandesa clásica es una adición lujosa a muchos platos, desde huevos benedictinos hasta espárragos asados. El rico sabor a mantequilla con un toque de limón la convierte en una salsa versátil que realza cualquier comida.
Variaciones
- Licuadora holandesa: Para una versión rápida, licue las yemas de huevo y el jugo de limón, luego rocíe lentamente la mantequilla derretida mientras licúa hasta que quede espesa y cremosa.
- Holandesa de hierbas: Agregue hierbas frescas finamente picadas como estragón, perejil o cebollino para darle una capa adicional de sabor.
- Hollandesa picante: Aumente la pimienta de cayena o agregue una pizca de salsa picante para darle un toque más picante.
- Holandesa de naranja:Sustituya el jugo de limón por jugo de naranja para obtener un sabor cítrico más dulce.
- Hollandesa ahumada: Agregue una o dos gotas de humo líquido para darle un toque ahumado a la salsa clásica.
Emparejamientos
- Huevos Benedict: Viértalos sobre huevos escalfados, tocino canadiense y un muffin inglés para un plato clásico de brunch.
- Espárragos: Rocíelos sobre espárragos al vapor o asados para un acompañamiento delicioso.
- Salmón: Sirva junto con salmón asado o escalfado para obtener un acabado rico y mantecoso.